La Boca es uno de los barrios porteños que mayor identidad posee, anclada especialmente en tres tópicos: la gran inmigración genovesa que ocupó la zona en las últimas décadas del siglo XIX; sus casitas de chapa acanalada pintadas de colores, y el equipo de fútbol que cuenta allí con un templo mítico (La Bombonera). Desde hace una década, la creación del Distrito de las Artes busca capitalizar la tradición artística de La Boca para traccionar negocios urbanos, dentro de un proceso mayor de gentrificación y recualificación urbana.

En este paseo hay suficiente tiempo para explorar el auge y caída del puerto natural de la ciudad, sus viajeros ilustres, cantinas, bomberos voluntarios y vanguardias artísticas. Pero también algunas reflexiones sobre sus transformaciones, las condiciones de habitabilidad que imperan en el barrio y el rol del arte público como una herramienta de apropiación del espacio al que recurren tanto el poder político como la ciudadanía organizada.