Italia no es un país, sino un paisaje; y uno de los más bellos que existen en la Tierra. Ubicada al sur de la muralla de los Alpes y al norte de esa columna dorsal que constituyen los Apeninos, la región septentrional es en buena medida una fértil llanura ocupada por la cuenca del Po y sus afluentes, valles y laderas. Culturalmente riquísima, con una luz que parece creada especialmente para iluminar sus palacios, plazas, colinas y ríos, es también la región más desarrollada e industrializada del país, en la que se concentra el 60% de la población. Grandes núcleos urbanos, pequeñas ciudades y encantadores pueblos (como los de Cinque Terre) se encuentran a pocos kilómetros de distancia, separados por lagos de sublime belleza, verdes colinas, zonas de cultivo y canales fluviales.

Las diversas poblaciones indoeuropeas que habitaban la región fueron colonizadas por celtas, etruscos y galos, pero todos ellos inevitablemente cayeron bajo el poder romano cuando la república comenzó su expansión. Ciudades como Milán o Rávena llegaron a ser capitales del Imperio tras la división en una mitad occidental y otra oriental, y como sedes del poder se convirtieron en importantísimos centros religiosos y políticos. Pero la prosperidad del norte italiano se derrumbó con las invasiones germánicas y el asentamiento de diversos pueblos godos o lombardos. Durante el largo período de la Edad Media, Padua y Mantua se contaron entre las ciudades que pudieron organizarse como comunas autónomas. Para mantener sus derechos y privilegios el poder mercantil presentó batalla al emperador del Sacro Imperio. Es el caso de la poderosísima República de Génova. Bolonia, en tanto, quedó bajo el dominio pontificio. En todas estas urbes las actividades comerciales y culturales florecieron gracias a la ambiciosa política de las dinastías locales, el rol de los religiosos y la activa influencia de pensadores y artistas. Arquitectos y urbanistas acompañaron el crecimiento de las ciudades, que a medida que prosperaban y crecían se transformaban en sedes de opulentas cortes renacentistas, como es el caso de Parma. La región septentrional de Italia fue, después de Florencia, el primer centro en importancia del arte italiano durante los siglos XIV y XV. Comenzada la Edad Moderna todas estas ciudades estado fueron perdiendo su independencia y cayendo bajo la dominación española o francesa. No fue hasta la segunda mitad del siglo XIX que nacionalistas y monárquicos aliados a la Casa de Saboya impulsaron la unificación del Reino de Italia. Turín, enclave político del Piamonte, devino entonces naturalmente la capital del nuevo país.

Incluso y a pesar de recibir tanto turismo, la belleza de las formas de las ciudades italianas todavía perdura, lo mismo que el carácter mediterráneo de su población, la buena mesa y un patrimonio mundial de obras de arte que no tiene parangón. Este nuevo itinerario propuesto por Eternautas, “lado B” del ya clásico por la Italia meridional, pretende una vez más el desafío de convertirse en una experiencia de viaje inolvidable.

ITINERARIO Día por Día

Milán

Capital económica e industrial de Italia; centro mundial de la moda; ciudad-símbolo del “milagro” de la posguerra -ese mismo que alienaba a la burguesía en las películas de Antonioni- Milán es también un destino ineludible para los poetas urbanos, los amantes de la arquitectura, los barrios populares y todos los interesados en el arte, el diseño y la vanguardia. Contradictoria hasta lo infinito, la metrópolis  lombarda se encuentra más próxima a Nueva York o a Tokio que a Roma, su verdadera antítesis.

 

DÍA 1 | Milán

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Llegada a Milán.

Traslado al hotel.

Breve caminata por la zona más moderna de la capital lombarda: el entorno de la estación de tren Porta Garibaldi. Este punto neurálgico ha sufrido una transformación urbana en el nuevo milenio. Es notable el ambicioso proceso de reforestación urbana a través de la densificación vertical del verde en rascacielos como el Bosco Verticale, una torre revestida no de vidrio sino de hojas.

Noche: Cena de bienvenida.

3 noches de alojamiento c/ desayuno.

DÍA 2 | Milán

Mañana: Tras conocer dos de las iglesias más antiguas de la ciudad (San Ambrosio y San Mauricio) exploramos el Castillo Sforzesco, una de  las ciudadelas más grandes de Europa. El antiguo bastión militar español es hoy un museo público ubicado en el barrio medieval, por el que  luego caminamos hasta llegar a la Piazza dei Mercanti y la Piazza del Duomo, corazón y símbolo de Milán sobre la que se encuentran la  Catedral, la Galería Vittorio Emanuelle y el Palacio Real, entre otros. Entrada al duomo de Milán.

Tarde: Libre.

 

DÍA 3 | Milán

Día libre para visitar pinacotecas, museos, el Teatro alla Scala o el Cementerio Monumental, entre otros sitios de interés.

 

DÍA 4 | Milán - Lago di Como - Stresa

Excursión al Lago di Como, donde transcurre el día. Navegamos hasta llegar a Bellagio, la estación balnearia más  apreciada por los italianos, ubicada en la punta que divide al lago en dos brazos. Tiempo libre para pasear y comer. Situada a la salida de  Tremezzo, la Villa Carlotta, ademas de varias esculturas de Canova, posee uno de los jardines más famosos del país. Su casa/museo permite captar perfectamente la atmósfera de  las villas de los siglos XVIII y XIX. Llegamos a ella en barco.

Llegada a Stresa, estación termal ubicada sobre el Lago Mayor. Reducto veraniego de la élite de finales del siglo XIX, salpicada de  numerosos y elegantes hoteles y villas ajardinadas.

Traslado al hotel.

Noche: Cena.

2 noches de alojamiento c/ desayuno.

 

DÍA 5 | Stresa - islas Borromeas - Stresa

Mañana: Excursión en barco al célebre archipiélago de las islas Borromeas. Primero la isla Bella, dominada por un palacio barroco de plantas exóticas. Ingresamos al Palacio Borromini, cuyos jardines barrocos imitan la forma de un barco. En la isla de los Pescadores, de callejuelas estrechas y  sinuosas, disponemos de tiempo libre para el almuerzo

Tarde: Libre.

 

DÍA 6 | Stresa - Turín

Salida hacia el Lago de Orta, menos frecuentado por el turismo y bordeado por una carretera panorámica que permite disfrutar del paisaje. Parada para almuerzo y tiempo libre. A media tarde continúa el viaje en dirección a Turín.

Llegada a Turín.

Traslado al hotel.

Final de la tarde: Caminata por el centro histórico para conocer las principales plazas y monumentos de la ciudad, sus galerías y pasajes  comerciales.

Noche: Apericena (aperitivo a la piamontesa)

3 noches de alojamiento c/ desayuno.

 

Turín

El burgo fundado por el emperador Augusto conoció quince siglos de tranquilidad hasta que la Casa de Saboya fijó allí su capital (1563) y  comenzó una formidable expansión. Por su importancia como centro político, en el siglo XIX Turín devino naturalmente la primera capital  del unificado Reino de Italia. Urbe riquísima, elegante y barroca, la ciudad de Pavese, Levi, Einaudi, Calvino y Natalia Guinzburg es hoy es la  tercera ciudad del país, con una vida cultural plena y un poder adquisitivo sostenido por la industria automovilística italiana.

 

DÍA 7 | Turín

Mañana: Visita panorámica. Se empieza por el Parco Valentino, uno de los símbolos históricos de la ciudad que incluye el burgo medieval y  el jardín de rocas. El paseo continúa por delante del Museo Nacional del Automóvil, el complejo del Lingotto y el pabellón Palavela. De  regreso al centro de la ciudad visitamos Cit Turín, prestigioso barrio con numerosos edificios en estilos liberty, art decó y neogótico.

Tarde: Libre.

 

DÍA 8 | Turín

Mañana: Continuamos visitando la ciudad.

Tarde: Libre.

 

Génova

Potencia marítima de primer orden durante la Edad Media y hasta el siglo XVI, la República de Génova le disputó a Venecia el dominio comercial del Mediterráneo. Tras un largo estancamiento, cuando en 1861 el Reino de Piamonte unificó Italia, Génova se convirtió en el centro marítimo del nuevo estado italiano. Hoy es una suerte de gloriosa ciudad portuaria en descomposición, cuya decadencia es precisamente lo que la hace tan interesante: fachadas de grandes palacios en callejones desaliñados; casas de aspecto mediterráneo rematadas por techos de pizarra gris; rincones repletos de cafés y bares al aire libre. El antiguo puerto ha sido renovado con una  arquitectura moderna y vanguardista.

DÍA 9 | Turín - Génova

Llegada a Génova.

Traslado al hotel.

Tarde: Emprendemos una caminata cruzando el casco histórico de Génova desde una punta a la otra, conectando el Palacio Real Via Balbi con la Porta Soprana y las ruinas del claustro de San Andrés. El laberinto de callejones estrechos de origen medieval y “strade nuove” (calles nuevas), sobre las que se alinean moradas nobiliarias levantadas durante el Renacimiento y el  Barroco, se entrelaza con palacios neoclásicos de la época de la dominación
francesa. El recorrido pasa por la Piazza Ferrari, la Catedral y la casa natal  de Cristóbal Colón.

Noche: Cena.

2 noches de alojamiento c/ desayuno.

DÍA 10 | Génova

Mañana: El cementerio monumental ubicado en la colina de Staglieno es uno de los más famosos de Europa. Fue inaugurado en 1851, momento en que la ciudad de Génova era un importante centro de negocios y atraía a una burguesía acomodada. Sus enormes fortunas permitían a esas familias contratar a escultores famosos, cuyo dominio del oficio dio como resultado memoriales funerarios de gran realismo a la hora de representar el último aliento. El conjunto, inmerso en una profusa vegetación, es una de las más grandes galerías escultóricas del mundo.

Tarde: Libre.

DÍA 11 | Génova - Cinque Terre - Parma

Día entero en Cinque Terre, uno de los destinos turísticos más importantes de la costa italiana. Las cinco aldeas que le dan nombre (Monterosso,  Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore) se distinguen por su peculiar  entramado de calles y sus coloridas casas, construidas a lo largo de los siglos en escarpados acantilados que dan al mar. Recorremos cada uno de los  pueblos, llegando a ellos navegando o en el tren que conecta a las cinco localidades.

A última hora llegada a Parma.

Traslado al hotel.

Noche: Cena.

2 noches de alojamiento c/ desayuno.

Parma

Los que gusten de Stendhal y de la gastronomía (el prosciutto, parmigiano y salami de esta región son considerados los reyes de Italia) tienen buenas razones para darse una vuelta por Parma. Los Farnese hicieron de esta ciudad su capital y convocaron a numerosos artistas para que la colmaran de espléndidos monumentos. La arquitectura religiosa, militar y civil es notable, incluyendo uno de los teatros más bellos del continente.

DÍA 12 | Parma

Mañana: Visita panorámica de Parma: Palazzo Della Pilotta, Teatro Farnese, Catedral y Baptisterio.

Tarde: Libre.

DÍA 13 | Parma - Ravena - Bolonia

Mañana: Excursión a Ravena para conocer sus monumentos más importantes: San Vitale, Gala Placidia, San Apolinar Nuovo, Baptisterio Neoniano, Piazza del Popolo. Almuerzo y tiempo libre. El viaje continúa luego hasta Bolonia.

Traslado al hotel.

Noche: Cena.

2 noches de alojamiento c/ desayuno.

Bolonia

En la encrucijada de las rutas que conectan el norte y el centro de Italia, no sorprende que Bolonia haya estado poblada desde la época etrusca. A la sombra de la primera universidad del mundo occidental, la ciudad docta de Boccaccio, Petrarca y Umberto Eco tiene aromas españoles. Un centenar de torres de piedra e infinitos pórticos, entramados de iglesias y callejuelas le  confieren una atmósfera única. Ciudad papal, pero también urbe clave en la historia del movimiento obrero: Bolonia “la roja”, por el color cálido de sus tejados y el bando político de sus ciudadanos, encantará a todos.

DÍA 14 | Bolonia

Mañana: Visita panorámica de una ciudad saturada de historia. Parte de la visita comprende una caminata por el centro: Palazzo Comunale, la Catedral, algunas iglesias y casas medievales y el ingreso a la universidad más antigua de toda Europa.

Tarde: Libre.

DÍA 15 | Bolonia - Mantua - Verona

Mañana: Salida hacia Mantua, demasiado olvidada por los viajeros a pesar de que durante el Renacimiento fue un centro importantísimo. Su casco histórico, rodeado por tres espejos de agua consumados para su mejor  defensa, conserva el aspecto medieval. Luego del tiempo libre para comer y descansar visitamos el Palazzo Te, obra maestra del manierismo construido  por Giulio Romano, afamado alumno de Rafael. Los frescos de sus salas nos dan una idea de la fuerza artística que esgrimía la ciudad en el siglo XVI.

A última hora llegada a Verona.

Traslado al hotel.

Noche: Cena.

2 noches de alojamiento c/ desayuno.

Verona

Rodeada de colinas y atrapada por el meandro que forma el río Adigio al cruzarla, Verona es una de las más bellas, elegantes y escenográficas urbes italianas. Desde la época romana (de la que conserva un magnífico anfiteatro) ha sido un nodo de comunicaciones crucial. Pero el apogeo político de la señoría fue en las postrimerías de la Edad Media, época de las glorias de la familia Scala, cuando sus castillos, puentes y torres le dieron ese aspecto de fortaleza gibelina que todavía conserva. Consagrada al impulso del arte, terminó mitificada por Shakespeare, quien ambientó en sus calles y balcones la historia de amor más célebre de todos los tiempos.

DÍA 16 | Verona

Mañana: Comenzamos nuestra caminata en la colina romana sobre cuya falda están las ruinas del teatro. Luego de cruzar el río y traspasar la Puerta Borsari ya asoma la basílica románica de San Zenon. Avanzamos por las calles del centro medieval que creció en torno al antiguo foro. Arche Scaligere es uno de los rincones más sugestivos de la ciudad. La Torre de los Señores domina Plaza Lamberti, en tanto que Piazza del Erbe es la síntesis de varios momentos históricos. El paseo sigue hasta el Castello de los Scala y la Arena o Teatro Romano, el segundo más importante de Europa después del Coliseo romano.

Tarde: Libre.

DÍA 17 | Verona - Padua

Mañana: Libre.

Tarde: Salida rumbo a Padua. De camino se visita la Capilla de los Scrovegni, basílica medieval célebre por su ciclo de frescos de Giotto.

Traslado al hotel.

2 noches de alojamiento c/desayuno.

DÍA 18 | Padua

Mañana: Importantísima plaza comercial, Padua no pudo evitar caer bajo la dominación veneciana, aunque ello no alteró su rol de centro cultural del  Veneto. Visitamos una espléndida ciudad en la que se destacan fortificaciones, iglesias, palacios y plazas renacentistas, monumentos decimonónicos y  numerosos cursos de agua que le dan un perfil urbano muy especial. Almuerzo y tarde libre.

Noche: Cena despedida.

DÍA 19 | Padua

Tiempo libre en Padua hasta la hora del traslado al aeropuerto de Venecia.

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